El día que dije no
caminé durante un rato
por la parte de la puerta
en que entra el espigón del quicial
y en la que se mueve
y gira
El día que dije no
se posaron dos pajaritos
en el borde de mi mano
uno blanco
y otro gris
también
El día que dije no
fue el día
en que se cerraron todos los hoteles
y casinos
y las casetas de tiro
y así
como por casualidad
el día que dije no
alguien me dijo algo
que llevaba toda la vida
queriendo escuchar.
Recuerdo también que hubo un incendio
en alguna parte de la ciudad
y debieron quemarse coches
y edificios
y un par de monumentos importantes
el día que dije no.
El día que dije no
sentí vértigo
y quise
un amigo que fuera
simplemente
Jimmy Stewart.
miércoles, 1 de julio de 2009
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